miércoles, 12 de octubre de 2016

Otoño


...y por fin empieza el cambio…  
para unos tan esperado, para otros detestado. 
Deja atrás calor y color
para aventurarse en la exigencia de ser abrigado 
en busca de calidez 
y en el requisito de mirar con otros ojos 
para vislumbrar la tonalidad de colores más grisáceos
y aún así, bellos. 
Los ruidos van transformándose 
desde la algarabía de los chavales, 
al precipitar de la lluvia 
o el soplido del viento. 
El día a día se hace más corto, 
más hogareño; 
nuestra inercia se vuelve centrípeta, 
momentos para trascender, 
para buscar dentro, 
sin distracción, sin apresuramiento, 
acompasando nuestro interior 
con la naturaleza exterior.
Norka C. Risso Espinoza

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