Evangelio
En aquel tiempo se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de
rodillas: Si quieres, puedes limpiarme.
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó diciendo: Quiero:
queda limpio
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. Él le
despidió encargándole severamente: No se lo digas a nadie; pero para que
conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó
Moisés.
Pero cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes
ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún
pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.
Palabra del
Señor
Aprendemos
Para los peques de la casa
Ordena la
historia que se relata en el evangelio de Marcos, y que aquí, aparece
desordenada. Anota en las casillas el número de orden que corresponde a cada
cuadrito, del 1 al 6. ¡Buena suerte!
Para mi vida
No hay que
marginar a nadie, ni por ser enfermo, ni por nada. Así lo enseña Jesús.
¿Algún
compañero está marginado? Acércate a él.
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